WASHINGTON, D.C. Noviembre 25, 2021 — La solidez de la reactivación económica estadounidense se confirma, alimentada por un consumo que avanza a pesar de la alta inflación, mientras los pedidos de subsidios por desempleo caen a su nivel más bajo desde 1969, datos que refrescan a Joe Biden en plena celebración de Acción de Gracias. Los gastos de las familias estadounidenses aumentaron 1,3% en octubre con relación a septiembre, pero con una inflación en un máximo en 31 años que infló las cifras por la vía de los precios.
Sin considerar la inflación, los gastos de consumo aumentaron igualmente, 0,7% frente a 0,3% en septiembre. Los ingresos de los estadounidenses también subieron por mayores salarios y ganancias derivadas de rentas, según los datos oficiales. Los consumidores dirigieron sus gastos tanto a bienes como a servicios. En tanto los precios al consumo continuaron subiendo en octubre, impulsados por la energía, y registraron un incremento en 12 meses de 5%, su mayor alza anual desde 1990.
De acuerdo al índice PCE del Departamento de Comercio, la inflación mes a mes marcó 0,6% entre setiembre y octubre. Además, los ingresos y los gastos de los hogares aumentaron mucho más de lo previsto con relación a setiembre, 0,5% y 1,3% respectivamente. El incremento anual en el índice PCE, que mide el aumento de precios en función del consumo personal, es el mayor desde noviembre 1990 y se ubicó muy por encima del 4,4% a 12 meses de setiembre pasado.
Los datos muestran que los precios de la energía subieron 30,2% desde octubre de 2020 en tanto los alimentos subieron 4,8%. Los datos de la gasolina son sensibles antes de Acción de Gracias, un feriado en el que los estadounidenses se desplazan a lo ancho del país para visitar a sus seres queridos. Biden dijo recientemente que su “prioridad absoluta” es “invertir la tendencia de la inflación”.
En su reunión de política monetaria de inicios de mes, cuyas actas se conocieron el miércoles, algunos dirigentes de la Fed señalaron que la Reserva Federal debería estar lista para ajustar sus compras de activos mensuales —con los que inyecta dinero en la economía— y “subir las tasas directrices antes de lo esperado (…) si la inflación” es demasiado alta, según un comunicado.
Muchas empresas subieron precios de sus productos, e incluso —señal de los tiempos— la popular cadena de tiendas Dollar Tree anunció que los precios de sus artículos ya no serían de 1 dólar, sino de 1,25 dólares.
POCO ÁNIMO Y MUCHO CONSUMO
La inflación afectó la confianza de los consumidores, según la estimación final de la Universidad de Michigan también publicada el miércoles. Esta encuesta mostró los temores vinculados a una inflación “combinada a la ausencia de políticas federales que permitirían” corregir su trayectoria. “Vean más bien cuánto compran los consumidores, más que lo que dicen”, ironizó Mahir Rasheed, economista de Oxford Economics.
“Las familias expresaron un fuerte deseo de gastar en la temporada de festividades a pesar de las presiones inflacionarias altas y los temores renovados al COVID-19”, añadió. El ahorro sigue bajando. En octubre fue de 7,3% de los ingresos disponibles, muy lejos del 26,6% de marzo de 2021, luego de que el gobierno federal pagara algunos cheques de ayuda por la pandemia. El consumo, motor de la economía, debería apoyarse en la temporada de compras de fin de año que comienza el viernes con el tradicional Black Friday.
Los empleadores siguen con problemas para contratar, en particular en el caso de los puestos peor pagados, y las empresas se pelean para atraer candidatos, proponiendo salarios más altos y mejores condiciones laborales.
LENTAS MEJORAS EN LOS SUMINISTROS
Pero el mercado laboral en su conjunto continúa mejorando. Los pedidos semanales de beneficios por desempleo cayeron por debajo del nivel previo a la pandemia de covid-19, que causó despidos masivos, lo que marca un hito en la recuperación económica del país. El Departamento de Trabajo anunció el miércoles 199.000 nuevas solicitudes en la semana que finalizó el 20 de noviembre, un nivel menor al registrado el 14 de marzo de 2020, la última semana antes de que el desempleo comenzara a crecer a medida que se propagaba el coronavirus.
También se trata del menor registro desde noviembre de 1969, según los datos, mucho menor que las previsiones de los analistas (que esperaban 265.000 nuevas inscripciones) y una caída de 71.000 respecto de la semana previa. El economista Mohamed El-Erian calificó al anuncio de “buenas noticias para la economía”, aunque apuntó que no está claro si no se trata solo de un cambio de opinión entre muchas personas que habían decidido no regresar a trabajar.
Este descenso pudo verse “exagerado por factores de ajuste estacional”, añadió Gregory Daco, de Oxford Economics, que advierte de un posible “repunte en las próximas semanas”. Unos 2,4 millones de estadounidenses perciben algún tipo de beneficio por desempleo. La actividad económica sigue sin embargo perturbada por las dificultades mundiales en la cadena de suministros.
Los pedidos de bienes duraderos volvieron a caer así en octubre, por segundo mes consecutivo, lastrados por la disminución de los pedidos de aviones, mientras que las compras de automóviles —una buena noticia para la industria— se recuperaron. Excluyendo el transporte, los nuevos pedidos aumentaron un 0,5% y, excluyendo la defensa, el aumento fue del 0,8%. (AFP)