WASHINGTON, D.C. Noviembre 2, 2021 — Mientras en Escocia, Joe Biden busca el lunes proyectar el liderazgo mundial de Estados Unidos en una cumbre climática, en casa precisa votos para su plan de gobierno y para una elección estatal vista como un referéndum anticipado sobre su presidencia. Biden se reunió con líderes mundiales en Glasgow durante la COP26 de la ONU en la víspera de la elección para gobernador de Virginia y posibles votaciones en el Congreso sobre costosos proyectos de gastos para transformar la economía.
La elección del martes es la primera batalla electoral genuinamente competitiva desde que Biden llegó en enero a la Casa Blanca y es considerada un indicador de su popularidad y de las perspectivas de su Partido Demócrata en las elecciones de medio término del año próximo. Terry McAuliffe, un exgobernador demócrata de Virginia que busca recuperar el cargo, ha perdido su ventaja contra el republicano Glenn Youngkin, y las encuestas muestran un empate en la última semana de campaña.
Una derrota de McAuliffe probablemente provocaría un reajuste de cuentas entre los moderados en Capitol Hill, preocupados de que la expansión del gobierno propuesta por Biden sea excesiva para algunos votantes. Los líderes demócratas buscan apurar una votación en la Cámara de Representantes sobre el proyecto de ley de infraestructura bipartidista de 1,2 billones de dólares y un plan de gasto social de 1,75 billones de dólares antes de que los resultados de Virginia comiencen a conocerse.
Esos planes fueron afectados el lunes por el conservador demócrata de Virginia Occidental, Joe Manchin, quien reconoció a los reporteros que no estaba listo para respaldar el proyecto de ley más grande y necesitaba más tiempo para reflexionar sobre su potencial impacto económico.
“ESTO ES UN MOVIMIENTO”
La Casa Blanca respondió de inmediato con un comunicado diciendo que se habían cumplido sus preocupaciones sobre la inflación y la responsabilidad fiscal. La portavoz de Biden, Jen Psaki, dijo que el paquete social conocido como Build Back Better estaba “totalmente pagado, reducirá el déficit y reducirá los costos de atención médica, cuidado infantil, cuidado de ancianos y vivienda”.
Biden ganó en Virginia por 10 puntos y los demócratas, que también ganaron allí cuatro de las últimas cinco elecciones para gobernador, esperan que ese estado se haya orientado definitivamente a la izquierda. Empero, tres recientes encuestas recientes mostraron que la carrera en Virginia está empatada. Algunos observadores sostienen que los demócratas caminan hacia la derrota al ignorar señales de resistencia al gobierno federal, tal como ocurrió cuando los republicanos ganaron por última vez el gobierno de Virginia en el año inaugural de Obama.
La campaña ha sido una caminata en la cuerda floja para Youngkin que apeló al espíritu de Donald Trump para ganar la nominación republicana pero luego se distanció del expresidente. Durante el fin de semana dijo reiteradamente que no está involucrado en una aparición pública virtual que hará Trump la noche del lunes y en cambio se dedicó a difundir sus planes para el gobierno del estado.
“Esto ya no es una campaña. Es un movimiento. Son los virginianos uniéndose para reclamar comunidades más seguras, mejores escuelas e impuestos más bajos”, dijo el sábado. Tras meses de escuelas cerradas por la pandemia, las aulas se tornaron en un crucial campo de batalla electoral con los republicanos unidos detrás de Youngkin contra los mandatos de máscaras y un plan de estudios que muchos de ellos considera un adoctrinamiento izquierdista.
McAuliffe, en tanto, se ha mostrado como un exgobernador que recuperó puestos de trabajo después de la crisis financiera mundial de 2008, y se ha comprometido a lo mismo con la pandemia. El candidato demócrata ha procurado darle dimensión nacional a su campaña al expresar su enojo por el bloqueo legislativo en Washington y ha procurado convertir a la elección en un referéndum sobre Trump.
“Mira, si Youngkin gana, el trumpismo ganará terreno y podemos esperar que Youngkins brote en todas las campañas en todo el país el próximo año”, anticipó McAuliffe en un correo enviado el lunes a última hora. Si bien el espectro de Trump puede haber acechado cada reunión, cada discurso y recaudación de fondos, en realidad él no ha visitado Virginia.
Mark Bayer, miembro del personal del Congreso durante dos décadas y exjefe de gabinete del senador Ed Markey, advirtió que convencer a los virginianos de que Youngkin no es más que un “mini-yo” de Trump podría resultar una tarea difícil. “A pesar de ser respaldado por Trump y hacer declaraciones muy positivas sobre él, Youngkin, al menos estilísticamente, si no políticamente, no parece ser un clon de Trump”, advirtió Bayer a la AFP.
El propio Trump parecía ansioso por vincularse con el candidato, y emitió una declaración indignado negando que él y Youngkin “no se agradan”, y repitiendo sus ahora habituales afirmaciones falsas en las que impugna la integridad de la votación. (AFP)