WASHINGTON, D.C. Septiembre 3, 2021 — El mercado laboral en Estados Unidos se estancó en agosto por el avance de la variante delta de coronavirus, un resultado que refuerza los argumentos del presidente Joe Biden para impulsar sus millonarios planes de inversión. El mes pasado se crearon 235.000 puestos de trabajo, tres veces menos de lo esperado por el mercado, según datos publicados el viernes por el Departamento de Trabajo.
El fuerte descenso en la creación de empleos se produce después de dos meses sólidos: en julio se crearon más de un millón de puestos de trabajo, y en junio, 962.000, según datos revisados al alza y publicados también el viernes. A pesar de estas cifras decepcionantes, Biden elogió una recuperación económica “duradera y fuerte”, que atribuyó en particular a las medidas que ha puesto en marcha desde su llegada a la Casa Blanca.
“El plan Biden está funcionando”, afirmó, asegurando haber sacado al país de la “caída libre económica”. Sin embargo, “a pesar de los avances que hemos logrado, no estamos donde debemos estar”, agregó. “Tenemos mucho trabajo por hacer”, dijo, y anunció que la próxima semana presentará “los próximos pasos” para “combatir la variante Delta”.
DESIGUALDADES
La creación de puestos de trabajo mensual permite tomar el pulso a la recuperación económica estadounidense, y el empleo es una de las prioridades de Biden, que espera aprobar en el Congreso sus gigantescos planes de inversión para asegurar un crecimiento sostenible. El Departamento de Trabajo señaló que en agosto, “se produjeron avances notables en el empleo en los servicios profesionales y comerciales, transporte y almacenamiento, educación privada, manufactura y otros servicios”.
Pero el empleo minorista cedió en tanto la gente volvió a dejar de ir a las tiendas por el avance de delta. Estas cifras son “sólo el comienzo del efecto de la variante Delta”, advirtió Ian Shepherdson, economista de Pantheon Macroeconomics. De hecho, los estadounidenses son ahora más reacios a salir y consumir o a volver al trabajo. Muchas empresas han vuelto a aplazar el regreso de sus empleados a la oficina. El resurgimiento del virus también genera temores de que se cierren de nuevo las escuelas, lo que afectaría la capacidad de muchas madres de regresar al trabajo.
En cuanto a la tasa de desempleo, volvió a bajar, hasta el 5,2% (-0,2 puntos). Las desigualdades también aumentan cada vez más: mientras la tasa de desempleo de los estadounidenses blancos sigue bajando (4,5%), la de los afroestadounidenses y los hispanos se mantiene alta y estancada, en 8,8% y 6,4%, respectivamente. Además, todavía faltan 5,3 millones de puestos de trabajo en comparación con febrero de 2020, justo antes del inicio de la pandemia en Estados Unidos.
Paradójicamente, a los empleadores les cuesta encontrar candidatos para puestos con bajos salarios, como camareros de restaurantes, conductores de autobuses escolares o empleos de logística. Esa escasez hizo subir los salarios en agosto, por quinto mes consecutivo.
LA FED ESPERA
Al mismo tiempo, varios millones de estadounidenses, en particular desempleados de larga data o trabajadores autónomos, perderán su subsidio por desempleo a partir del lunes, cuando expirará la ayuda adicional pagada desde el inicio de la pandemia. “No es de esperar un aumento inmediato del empleo”, advirtió el jueves Nancy Vanden Houten, economista de Oxford Economics. La desaparición de estos subsidios, según ella, pesará más en los ingresos y, por lo tanto, en el gasto de los hogares, con el riesgo de una desaceleración del consumo, motor de la economía estadounidense.
“Los estados tienen la opción de mantener estos subsidios (…), tienen el dinero (del gobierno federal) para hacerlo”, machacó Biden. Las cifras decepcionantes de empleo también deberían llevar a la Reserva Federal (Fed, banco central) a esperar un poco antes de comenzar a reducir su apoyo a la economía, lo que tendrá el efecto de aumentar el costo del crédito para los hogares y las empresas. De hecho, el presidente de la Fed, Jerome Powell, ha dicho repetidamente que la reducción de las ayudas estaría condicionada a una recuperación total del empleo.
El anuncio del fin del estímulo monetario de la Fed podría no llegar hasta diciembre, según el analista Shepherdson, quien incluso cree que la Fed “fácilmente podría verse obligada a esperar hasta enero”. Desde marzo de 2020, la institución monetaria ha estado comprando todos los meses letras del Tesoro y otros valores por 120.000 millones de dólares. Además mantiene tasas ultrabajas en un rango de 0-0,25%. (AFP)