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Devastador tornado deja 3 muertos, 172 heridos y casas derrumbadas en La Habana

Un vehículo volteado por la fuerza de un tornado en una calle de La Habana, Cuba, el lunes 28 de enero de 2019. Un tornado y fuertes lluvias azotaron el este de la capital cubana la madrugada del lunes derribando árboles y doblando postes de luz. (AP Foto/Ramon Espinosa) Un vehículo volteado por la fuerza de un tornado en una calle de La Habana, Cuba, el lunes 28 de enero de 2019. Un tornado y fuertes lluvias azotaron el este de la capital cubana la madrugada del lunes derribando árboles y doblando postes de luz. (AP Foto/Ramon Espinosa)

Un recorrido por La Habana mostró la devastación del tornado que fue descrito con pánico por los vecinos de varias barriadas que, tras una noche de vientos, amanecieron con calles tapadas de escombros, casas derrumbadas, láminas de techo retorcidas y autos incrustados en viviendas.

LA HABANA, Cuba. 28 ene. 2019 (AP) — Algunos techos volaron como hojas de papel en el aire. Los postes de concreto quedaron doblados. Las líneas eléctricas enroscadas por el piso y familias enteras lo perdieron todo al paso de un tornado y fuertes lluvias que dejaron entre la noche del domingo y la madrugada del lunes tres muertos y al menos 172 heridos en la capital de Cuba.

Un recorrido de The Associated Press por La Habana mostró la devastación del meteoro que fue descrito con pánico por los vecinos de varias barriadas que, tras una noche de vientos, amanecieron con calles tapadas de escombros, casas derrumbadas, láminas de techo retorcidas, tanques de los edificios volados por metros y autos incrustados en viviendas. Julio Menéndez, quien trabaja en un restaurante en el municipio 10 de Octubre de La Habana, relató que estaba en su casa anoche cuando oyó un estremecimiento indescriptible.

“De momento se sintió un ruido como si fuera un avión cayéndose. Lo único que hice fue abrazar a las niñas”, dijo Menéndez, quien tiene 33 años y dos hijas de 9 y 12 años. “Esto parece una película de terror”. A varios kilómetros de allí, en el municipio de Guanabacoa, María Esther Linares vio cómo se desplomó parte del techo de su casa y, temiendo por su vida y la de sus dos nietas pequeñas, salió a buscar ayuda cuando una ráfaga de viento la arrastró por los aires provocándole la muerte, relató su nieto Yoelkis Dip.

Linares residía en un albergue de pequeños apartamentos junto a unas 300 personas, entre ellas la enfermera Teresa Galarza de 53 años, quien se salvó a sí misma y a su hijo metiéndose debajo de un colchón mientras una lluvia de ladrillos de las paredes y el techo les caía encima. Desesperada, Dianabys Bueno, una trabajadora independiente de 31 años, no sabía que será de ella en los días por venir. El tornado dañó parte de su casa y quedó herida en una pierna y en un brazo.

“Vivía en un edificio de Centro Habana y pasó lo mismo”, indicó Bueno, quien habita el albergue —que las autoridades habilitan para las personas sin hogar— desde hace 11 años cuando perdió su casa en un edificio que colapsó por mal estado. “Ahora no voy a irme a ningún lado”, agregó Bueno al borde del llanto, al rechazar la oferta de las autoridades de ser trasladada temporalmente a una escuela u otro local. “Quiero una solución definitiva”.

Unos metros más allá, otra madre sola de tres hijas llamada Yanelis Roche, de 31 años, metió debajo de una cama a las niñas en medio de lo que describió como el rugido de una turbina. Cuando asomó la cabeza, todo su techo se había ido y no quedaba un solo electrodoméstico intacto. Pese a estar acostumbrados a lidiar ciclones destructivos en la temporada estival y tener una vasta cultura que les permite prepararse para enfrentarlos, los cubanos no salían de su asombro el lunes ante la tormenta y su tornado, un evento sorpresivo y difícil de pronosticar.

Consultado por AP, el experto en ciencias geográficas y jefe de turno del Instituto de Meteorología de Cuba, Miguel Ángel Hernández, explicó que el fenómeno “es inusual en nuestra latitud”. Según indicó no hay reportes precedentes de un tornado que ocurriera sobre la ciudad de La Habana. “Mirando la escala de Fujita-Person —que clasifica el poder de los tornados— y en base a los detalles que tenemos, éste es un F3 con vientos de 250 kilómetros por hora y hasta 320 kilómetros por hora. Es un gran tornado que causa devastación”, explicó.

Hernández indicó durante una tormenta el 13 de marzo de 1993 hubo algunos incidentes de vientos pero no similares en destrucción. Diversos meteorólogos explicaron, además, que en diferentes ocasiones se produjeron fenómenos así, pero en zonas rurales y sin impacto humano o material. Los reportes indican que un tornado devastador ocurrió en 1940 pero en el pequeño pueblo de Bejucal, en las proximidades de La Habana.

El chofer Oster Rodríguez relató que una nube densa y arremolinada descendió sobre la plaza central del barrio Reparto Modelo, en el Municipio de Regla, “como una bola de fuego”. No hay un cálculo oficial de los daños materiales. En el Hospital Hijas de Galicia, todos los pacientes —mujeres embarazadas o con recién nacidos— fueron evacuados a otro centro médico. El nosocomio de siete pisos se quedó sin cristales porque fueron succionados por el viento, dejando las cortinas ondeando al viento.

Igualmente se trasladó a 200 maestros de un centro educativo. El presidente Miguel Díaz Canel publicó fotos en Twitter la madrugada del lunes en las que se mostró con rescatistas, además de una imagen de lo que parece ser un vehículo volcado por la tormenta. Aunque las autoridades reportaron además de los 3 muertos a unos 172 heridos, algunas personas heridas dijeron a la AP que no habían informado sobre sus lesiones por ser menores o no tener tiempo, por lo que el daño a nivel humano podría ser peor.

Las autoridades indicaron que 30 ciudadanos estaban ingresados de gravedad. Funcionarios estimaron que un millón de personas se quedaron sin energía eléctrica en la noche del domingo y el lunes. La mitad de ellas permanecía sin el servicio. Además, 250.000 habitantes no contaban con agua. También se reportaron 125 derrumbes de los cuales 90 eran totales y siete accidentes de tránsito. Los barrios y municipios más afectados continuaban sin energía eléctrica y sin agua, al tiempo que brigadas de trabajadores comenzaban a poner orden en la ciudad.

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