NUEVA YORK, EE.UU. 11 sept. 2018 (Bloomberg) — Frente a una docena de sillas y camas playeras ocupadas por jóvenes millennials en el balneario de Montauk, Nueva York, el nuevo máximo ejecutivo de Goldman Sachs se dirigió a la cabina del DJ. El concierto de David Solomon, o más bien, el del DJ D-Sol, para usar el apodo que eligió, apenas si se publicitó con un garabato en una pizarra en el vestíbulo de un hotel.
Nadie lo presentó mientras se acercaba a la cabina el domingo por la tarde, vestido con pantalones cortos color rosa, una camiseta del puesto de surf y kitesurf REAL en Cape Hatteras, Carolina del Norte, y una gorra de béisbol negra. Pero Solomon había escogido el lugar correcto para ser reconocido, al menos por algunos banqueros jóvenes. “Es como mi modelo a seguir”, dijo Ilya Svintsitski, de 30 años, que trabaja en fusiones y adquisiciones en un banco de inversión boutique y también se desempeña a veces como DJ.
“Hay un verdadero impulso hacia Silicon Valley y las finanzas se han visto forzadas a evolucionar. David encarna eso. Demuestra que es posible trabajar en finanzas y estar interesado en otras cosas”. Ese tipo de reacción posiblemente ayudó a Solomon a obtener el cargo que asumirá en octubre. Los intereses externos del ejecutivo de 56 años proyectan una sensación de equilibrio entre el trabajo y la vida que muchos jóvenes perciben como algo faltante en la industria bancaria.
“Hago esto por diversión una vez al mes, y lo seguiré haciendo por diversión”, dijo Solomon en una entrevista en una de las terrazas del Montauk Resort & Seawater Spa de Gurney después de su presentación. “Lo disfruto. Todo el mundo necesita una salida, una oportunidad de hacer algo que distraiga su atención de su enfoque principal. Yo hago esto”. El domingo, en el icónico lugar frente al mar en Montauk, Solomon comenzó su actuación a las 3 de la tarde pasando principalmente música electrónica house de una memoria USB, con títulos como “Sax on the Beach” de Party Pupils y MAX.
El tempo de la música coincidía con la escena de un cielo celeste, tras un buen brunch, cuando la gente iniciaba su segundo día de un fin de semana largo en el último mes del verano boreal. “Es un día de playa, poco tranquilo, la gente simplemente está pasando el rato”, dijo Solomon. “Es diferente cuando lo haces por la noche, es un ambiente diferente”.
